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Leve Retina Numero 11
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(Revista Literaria de Repercusión Telemática)
Año 1 - Número 11. (Junio 1995)
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Leve Retina es el nombre de un poema de Arturo Carrera en su libro
"La Banda Oscura de Alejandro". Agradecemos su generosidad al
permitirnos utilizarlo para la revista.
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Submission adresses: Internet: leve-retina@appeal.uba.ar
Fidonet : 4:900/109.99
Para información adicional, lea las últimas páginas de Leve Retina.
= INDICE ======================================================== INDICE =
Editorial I.....................................................2
Editorial II....................................................2
(sin título) (por Ricardo Braun)...................................4
(sin título) (por Hernando Tejedor)................................5
(sin título) (por Hernando Tejedor)................................6
"Preguntas" (por Luz Pearson)......................................7
"Treinta Segundos" (por Federico Joselevich).......................8
"Permiso y razón" (por Federico Joselevich)........................9
(sin título) (por Marcelo Claudio Rodriguez).......................10
"A Confesión de Partes..." (por Fernando Leibson Vidal)............10
"Sueño" (por Fernando Oscar Gonzalez)..............................13
"Del Manual de las Civilizaciones" (por Fernando Oscar Gonzalez)...13
Golosinas.......................................................14
Cartas de Lectores..............................................14
Espacio de Publicidad...........................................14
Misceláneos
Staff .............................................................15
Donde y cómo conseguir Leve Retina ................................15
Legales ...........................................................16
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Leve Retina Nº 11 Pag. 1
= EDITORIAL I ============================================= EDITORIAL I =
Leve Retina: (del lat. levis retïna) f. Anat. efecto producido en
los ojos por la larga exposición a los rayos catódicos de los
monitores de las computadoras. 2. Lit. ojo crítico aplicado a la
producción literaria.
Presuntuosos son quienes pretenden que todo salga en término (nada
más agregaré a ésto).
Este número viene plagado de caras nuevas y la gran ausencia de
algunas caras viejas. Pareciera que el año agotó más de lo que produjo.
(Incluso hasta se llevó palabras, todo termina siendo un extenso
telegrama de auxilio).
Federico Joselevich
(4:900/109.0@fidonet.org)
(federico@appeal.uba.ar)
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* Origin: Leve Retina (4:900/109.99)
= EDITORIAL II ============================================= EDITORIAL II =
"En guerra con la palabra, en guerra, todo lo que sea necesario aunque
haya que renunciar a la inteligencia..."
Julio Cortázar
Rayuela (Cap. 93)
Es la guerra, el fin de siglo, algo que se perfila solamente como una
posibilidad, el miedo a lo desconocido y todo lo que se viene. Es una
guerra sucia, demasiados comienzos diferentes como para apuntar a un final
concreto. ¿Es tal vez el principio de otra paz armada? No, no lo es, porque
las razones no están a la vista. Estamos en medio de una nueva guerra
envasada al vacío, con plásticos de lujo que la venden dentro de los cartones
aplastados y cansados de un futuro promisorio en el que nadie se quedará sin
su parte, en medio de una guerra en donde las armas solapadas de los
contendientes retumban en un pleno de soledad y alienación, en medio de una
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Leve Retina Nº 11 Pag. 2
guerra en donde hay tantos bandos como integrantes anónimos de un mundo
real en el reverso de uno ideal.
Y sin embargo, la guerra está, aunque escurridiza, resbaladiza, inasible,
oculta, es guerra al fin. Es guerra, es violencia y es cruel. Es guerra al
salir todos los días a la calle. Es guerra en una caja de pandora que se
presta al juego, es guerra en el medio más ambiguo y menos tangible, pero
es siempre guerra.
Hablamos de la guerra, pero hablamos de una guerra distinta, en la que
los muertos no jugaron su papel activo de guerreros, sino que sufrieron la
guerra de los otros, unos otros que no tienen nombre ni rostro, pero que son
otros y muchos, sin banderas ni insignias, sin charreteras ni cascos, pero
portando las armas del nuevo siglo, y tal vez las más crueles: El dinero,
los medios de comunicación y el poder político.
¿Quiénes son los medios de comunicación? ¿Quién es el poder? Tal vez sea
lícito preguntarnos de dónde nacen estos fantasmas de poder que digitan la
guerra contra un nadie que se llama todos. Tal vez, por otra parte, sea
bueno pensar por qué y quiénes pelean esta guerra sobre nuestros hombros,
sobre el consentimiento silencioso y la impotencia de millones de personas
que la viven a diario sin interrogarla, como una guerra cruda y sin
respuestas. Quizás, mejor, sea plantearnos de dónde sale y cómo es que damos
todos el aval a esta guerra. En qué momento del día es que nos sentamos
frente a una pantalla, o transitamos una avenida, mientras bebemos a sorbos
el rescoldo amargo de una conciencia no plena de esta misma guerra.
No creo que sea necesario atacar a las instituciones que la promueven,
pero en cambio, me parece fundamental jugar un papel activo dentro de la
marea enorme de datos que conforman este mapa ilegible. Quiero decir que
es ésta una guerra en donde los rinocerontes pelean contra las pulgas de
igual a igual, sin importar la talla, mientras otros muchos miles observamos
la contienda, dispuestos a beber la sangre que de allí salpique.
Los factores que nos convierten -a mi entender- a todos en consumidores de
la carroña resultante de esta guerra son muchos, y son más los permisos que
damos a diario a quienes la promueven para continuarla. La crítica es, en
realidad, hacia ese permiso, hacia la aquiescencia que otorga callando.
Y tal vez el silencio no sea la forma de dar batalla. Creo que ha llegado el
momento en el que debemos permitirnos pensar que tal vez la mejor manera sea
vocear a los cuatro vientos lo que cada uno siente.
Federico Pilo Firpo
(4:900/125.0@fidonet.org)
(pilo@appeal.uba.ar)
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* Origin: Leve Retina (4:900/109.99)
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Leve Retina Nº 11 Pag. 3
= CUENTOS ====================================================== CUENTOS =
From : Ricardo Braun 4:901/100
Subj : Cuento
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Cuento
======
Cerca de arroyo Ñaró, por los pagos del capataz Medina conocí al
sargento Sombra.
Lo llamaban así porque su cara era, sombría.
Acababa de apresar unos marisqueadores que cazaban sin permiso. El
sargento era hombre de no dejarse atropellar por cualquiera y siempre se
entreveraba con el que no respetaba la autoridad. Uno de los paisanos
venía lastimado en el lomo por los fustazos del policía. Se había
atrevido a ofrecerle a cambio de su libertad un cuero de yaguareté.
El sargento Sombra se arrimó a la mesa donde terminabamos el
asado y lanzó un zapucai tan fuerte que espantó a las gallinas y
los caballos.
- Arrímese sargento dijo el dueño de casa, todavía queda algo de carne.
El sargento saludó respetuosamente Ña Matilde y se sentó.
Al principio me extrañó su mirada, como desde el fondo.
El capataz y su esposa, me comentaron, así como al pasar, que el
sargento era un hombre diferente, sin explicarme el porque. Realmente no
lo podrían saber.
Mirándolo de frente, se notaba un rostro más lóbrego que el habitual
en la gente sombría. Como si la oscuridad se hubiera detenido en medio
de la cara.
No podía dejar de mirarlo.
Cuando dió vuelta la cabeza supe la razón: el sargento Sombra tenía la
cara vuelta para adentro como una pelota de futbol desinflada; como la
de un zapallo ahuecado.
Los doctores dicen que nuestro cerebro no está preparado para estos
casos infrecuentes, por eso tuve que esforzar la vista para descubrirlo.
Si aflojaba la atención ¡plop! la cara parecía saltar para afuera,
normal, pero si ponía mas atención ¡plop! la nariz, los ojos, las
mejillas se hundían para adentro.
De pronto el Sargento advirtió que yo lo había descubierto.
Quedó pensativo un ratito y luego como sin querer, se me acercó.
Mientras la dueña de casa lavaba los platos y el capataz buscaba
la caña y los vasos, quedé solo con él.
El sargento quedó mirándome mientras cortaba lentamente un pedazo
de tira. Luego pausadamente me contó que una vez ensartó tres
tipos con el mismísimo cuchillo que tenía en la mano.
- Se propasaron con una guainita, comentó.
Luego siguió con que degolló de a poco a un ladrón de choclos,
para que viera a la muerte venirse despacito.
Arrimándose aún mas y mientras tragaba un pedazo de carne me dijo
con un tono discretamente sanguinario:
- Oíme Ché, conmigo no se jode, vos no viste nada. ¿Estamos?
En aquel momento dije que sí.
Pero se no debo guardar el secreto y ahora mismo se los estoy contando.
---
* Origin: New Age BBS, 24hs. 797-9713/796-3408/796-2827/795-6419 (4:901/100)
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Leve Retina Nº 11 Pag. 4
= POESIA ======================================================== POESIA =
De : Hernando Tejedor 4:900/125.15
Subj :
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Hernando Tejedor, integrante del grupo de arte
multimedia "El Ojo Desnudo" y del programa
radial "Mala Noche", ex estudiante de casi todas
las carreras universitarias, algunas abandonadas
antes de empezar, escritor en momentos de intuición
que le duran pocos minutos cada varias semanas.
También conocido como Hernando Tejedor.
===========
hay sitios
peligrosos
en esta ciudad
hay lugares
que es mejor
pasar de largo
hacer de cuenta que nunca se los vio
ni se oyó
hablar de ellos
hay bares de mesas mortuorias
que nos llaman a entrar
y después nos traicionan
cuando nos apoyamos
en sus sillas de asiento de madera
nos invade
un sentimiento de melancolía
que no nos abandona
hasta el día de nuestra muerte
hay manzanas
que no coinciden
consigo mismas
que infinitas de esquinas
nos chupan la memoria en cada giro
y tal vez en este momento
ya no seamos
los que recordamos ser
hay colectivos
que no pertenecen
a ninguna línea
(aunque van
perfectamente camuflados)
al tomarlos
no notamos nada
nos dejan
exactamente en el lugar en el que tienen que dejarnos
nos vamos
y nunca más
volvemos a cruzarnos con ellos
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Leve Retina Nº 11 Pag. 5
hay habitaciones frías
en las que uno tras otro
hombres y mujeres
muestran su carne a las paredes blancas
se desnudan
se acarician
acostados en camas deshechas
solos
esperando
hay personas
que no es posible
que sean
seres humanos
saben disimular
pero siempre hay algo
que los delata
el modo de moverse
los ojos demasiado separados
la boca unos milímetros más abajo
la forma de las manos
nunca hablan con nadie
o por lo menos
nunca hablan conmigo
cada día es más difícil
sobrevivir
en esta ciudad.
tal vez
la mejor estrategia
sea
hacer como la mayoría de la gente
y no darse cuenta
de nada.
17/5/93
---
* Origin: El Ojo Desnudo (4:900/125.15)
= CUENTOS ======================================================== CUENTOS =
De : Hernando Tejedor 4:900/125.15
Subj :
==========================================================================
=============
Por lo que sé, la vida es algo distinto de esto. No todos los
reptiles se arrastran. No todas las calles terminan en una pared.
El asunto es sencillo: hacerse el muerto o romperse la
cabeza. Hablar constantemente, sin darle tiempo al otro, o pensar
una respuesta. Cortarse los brazos de cuajo o andar dando vueltas
por ahí. Irse temprano de la fiesta o quedarse a mitigar el dolor
del dueño de casa.
Podemos optar por cualquiera de estas cuestiones. Lo que
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Leve Retina Nº 11 Pag. 6
elijamos después no tiene demasiada importancia.
Pero una vez conocí a un tipo que podía pasarse horas sin
cerrar los ojos. Obviamente, murió joven. No podía respirar con
los ojos abiertos.
El asunto es, entonces: mirar o respirar.
Sólamente los gatos pueden maullar impunemente. Sin embargo,
a veces es bueno soltar un maullido y sentarse a esperar las
consecuencias. Tener miedo es una pérdida de tiempo. Pase lo que
pase no vas a leer el final de este cuento.
---
* Origin: El Ojo Desnudo (4:900/125.15)
= CUENTOS ======================================================= CUENTOS =
De : Luz Pearson 4:900/109.8
Subj : Preguntas
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Luz Pearson, personaje de por sí muy luminoso que
colabora una revista zonal en la zona de Villa Crespo.
Sus cuentos tienen el modo escupitajo (sic). Eterna
olvidada en las menciones a los colaboradores en las
penúltimas páginas de las Retinas Leves. También
conocida como Luz. Por cierto, todos los mensajes
que hemos leido de ella, han sido borrados antes de
salir... La dama Pearson, a quién confunden con un
farol.
Preguntas
=========
-Sí...te pateo el auto ¿y? -gritaba a los mil vientos, hundiendo la
punta de sus tacos en el aluminio, como tantas otras veces hundió la lengua en
su boca.
-Tomá...-, y siguió, -¿quién carajo te creés?- le preguntó.
Se sentó en el cordón de la vereda y se atajó la cabeza con las manos.
El pelo enmarañado la bañaba de rulos y sus zapatos descansaban perdidos por el
asfalto como tantas otras veces cayeron sobre la alfombra cuando él se los
quitó.
La noche la vistió de negro, la brisa le congeló la transpiración.
-Quién carajo te creés...- repitió en voz baja, acercándose al capot, -quién
carajo te creés...- susurró, esperando del auto alguna contestación.
---
* Origin: Ululando, ululante, ulular (4:900/109.8)
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Leve Retina Nº 11 Pag. 7
= CUENTOS ====================================================== CUENTOS =
From : Federico Joselevich 4:900/109
Subj : Treinta segundos
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Federico Joselevich, nacido el 23 de diciembre de 1972;
operador del BBS Cultural Carreteras del Viento; veterano
de cuatro años de antigüedad en las redes de mensajería
electrónica; coordinador de Fidonet Argentina desde
noviembre de 1992 hasta noviembre de 1993; según los
medios: pelirrojo, menudo e inquieto; según el folklore
telemático: "...el escribe, describe, hace y deshace, un
tanto dicotómico, pero buen tipo (aunque habría que ver
sus circunstancias)"; también conocido como Fedelevich,
Jóse, Pepelevich, Bwana y demás.
Treinta segundos
================
Aún sabiendo que no estás podría llegar a tocarte pero...
Cuántas manos se acercan, chiquita. Cuántas manos que no saben tenerte
ni siquiera en sueños. Cuántas veces te tocan las tumultuosas gentes que
recorren el espacio nocturno de un Buenos Aires cálidamente tropical y
estúpidamente obsceno; seno; no, no sabría cómo llegar. ¿Tomarte de la
muñeca para sentir tu pulso? ¿Comprobar que tu cuerpo vive por dentro
mas sin saber si realmente siente la eléctrica vecindad del mío? ¿Cuánto
tiempo? ¿Treinta segundos? ¿Acaso medio minuto puede transmitir la
capacidad de agrandar el espectro comunicativo? Comunicación
instantánea, mejor: magiadelprimercontacto: esa, la que nunca llega
cuando uno la busca; esa, a la que uno se desacostumbra con el pasar del
tiempo.
Pensar que en otros tiempos llegaban al unísono a decir las
maravillas del mundo. ¿Donde estarán, pequeñas damiselas? ¿Acaso
perdidas? ¿masacradas por la miseria mundana? ¿atrapadas con el pasar
del tiempo y del pesar del tiempo? Contactos humanos.
Y camino hasta saberte viva. Y corro hasta darte alcance. Y evito
el sentimiento de culpa por no saber hablarte. Y evito el sentimiento de
culpa por saberte distante.
Mientras tanto, la noche sigue cayendo sobre la ciudad. La piedad
de la noche para que, durmiendo a su gente, despierte a los que ni
siquiera dormir pueden hacer en paz. As de la pulcritud espiritual, ¿eso
serás? Sólo cabría preguntarse cuál es el espíritu que se busca. A lo
mejor yo, como palabra de quien escribe por mí, debería dar una
definición pero, ¿qué definición se puede dar al sentido de la verde
verdad? ¿Acaso podría supeditar mi razón a una simple definición? O
bien, ¿cuánto cabría decir? ¿cuánto sentir? ¿cuánto morir?
Mientras tanto, la noche sigue cayendo sobre la ciudad, aún
sabiendo que podría, si quisiera, llegar a tocarte.
26/12/93
23 hs
---
* Origin: Carreteras del Viento (4:900/109)
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Leve Retina Nº 11 Pag. 8
= POESIA ======================================================== POESIA =
From : Federico Joselevich 4:900/109
Subj : Permiso y Razón
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Permiso y Razón
===============
¿Quién te dio permiso y razón
para que me lleves lejos?
Tengo una sonrisa imborrable en el medio de la cara
(y no sé si es tuya o es mía)
Sentirse pleno por haber conseguido
que te caigas dentro de mi aguzada mirada
y alzar mi mano para tocar tu nariz
y alzar mi nariz para oler tu nariz
Tu olor me acompaña, esta noche
tu recuerdo me sonríe y me hace sonreír
tu risa franca hace temblar, irresistiblemente,
los basamentos en que se asentaba
mi soledad
y tengo una risa franca en el medio de la cara
¡Con qué dulzura
un par de labios
hablan
a un par de labios!
Los sienten, presienten,
se juegan, amagan y arriman
Con qué destreza emocional
se conocen por primera vez
"¿Cómo serán?", gritan un par de labios avergonzados
Tengo un labio atravesado en el medio de la cara
Y por fin logré mirarte
lisas y llanas las miradas
se cruzan y sostienen
para no caer
en el mensaje que no les pertenece
para que no caiga
la mano que las sostiene
Y mi sonrisa imborrable,
mi nariz olorosa,
mi risa franca,
y tu mirada,
me dicen que tengo una mujer atravesada
en el medio del corazón.
A Robi
Federico Joselevich
5/Julio/94
2:40 hs
---
* Origin: Carreteras del Viento (4:900/109)
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Leve Retina Nº 11 Pag. 9
= POESIA ======================================================== POESIA =
De : Marcelo Claudio Rodriguez 4:900/109
Subj :
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Marcelo Claudio Rodríguez nació allá por el año 1966 en
una zona imprecisa entre Villa Lugano y el Riachuelo
Siempre ha buscado que se le considere un tipo común y
silvestre. Pero, desde que incursionó en las bellas
letras no ha dejado de escribir ni siquiera un día.
===============
La silla se separó de la mesa
El espacio era tibio
apenas coloreado
El ruido que arrastraba
quebró el silencio
La puerta de calle
ensanchó su boca
y
la luz de la noche
me descubrió solo
mirando como te ibas
---
* Origin: Leve Retina. (4:900/109.99)
= CUENTO ======================================================== CUENTO =
De : Fernando Leibson Vidal 4:900/121.22
Subj : A Confesión de Partes Relevo de Pruebas
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A Confesión de Partes Relevo de Pruebas
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El otro día tuve por un momento la sensación de que ocurría algo
realmente extraordinario. Algo que cortaba de modo claro y tajante el
lento transcurrir de la rutina.
Durante un rato, tal vez media hora, tuve la impresión de haber
perdido el escobillón. ¿Qué puede tener de extraordinario haber perdido
un estúpido escobillón?. Es que si lo piensan un poco verán que perder
un escobillón es algo terriblemente difícil. Dado el largo que tiene
este elemento hay muy pocos lugares de la casa donde puede ocultarse un
escobillón. Busqué atrás de las puertas por ejemplo y en las ochavas de
absolutamente todas las paredes de la casa. Hasta ahí no estaba muy
preocupado. Entonces busqué abajo de la cama y del sofá; yo suelo ser
muy desordenado. Pero no estaba. Carajo me dije: no es posible que haya
perdido este maldito escobillón. Entonces me propuse buscar en los
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Leve Retina Nº 11 Pag. 10
roperos. Y aquí es cuando comienza la sensación de estar viviendo algo
extraordinario. Ocurre que sólo se puede poner el escobillón en el
ropero si se cumple con algunas de estas dos condiciones: O se está
borracho o se está loco. Yo no bebo. Realmente me disgusta el alcohol,
me desagrada. Traté muchas veces de superar este disgusto pero no hubo
caso. El alcohol me sigue pareciendo asqueroso. De modo que se podría
argüir que sólo pude poner el escobillón en el ropero en un rapto de
locura. Sin embargo no lo tomé exactamente así. Creo que cualquiera
coincidiría conmigo en que esta aseveración es harto exagerada. Es
cierto que poner el escobillón en el lugar donde guardamos nuestra ropa
no es algo muy normal pero tampoco basta para incluirnos en el grupo de
los irremediablemente anormales. Más bien nos señalaría como
desordenados al extremo, distraídos y descuidados sin cura; pero no como
dementes. Por ejemplo yo una vez puse sin darme cuenta una azucarera en
la heladera y sin embargo sólo me consideré como un atolondrado, no como
loco. Claro que hay algunas diferencias a saber:
1) El azúcar está dentro del grupo de los alimentos y en la heladera
hay alimentos mientras que no encuentro ninguna relación entre el ropero
y el escobillón.
2) La azucarera es un objeto pequeño que uno puede llevar casi sin
notar su existencia mientras que al escobillón por su tamaño
forzosamente se le debe prestar más atención. No digo que sea como estar
moviendo una mesa o un televisor de 30 pulgadas pero en mi humilde
opinión es algo más contundente que una azucarera. De todos modos no
tomé el asunto muy en serio hasta ese momento. En los roperos tampoco
estaba. Esto es increíble pensé, esta casa no tiene suficientes lugares
como para esconder un escobillón. Me senté en el sofá a pensar. Quizá
haya quién aún no ha comprendido por qué le doy tanta importancia a algo
tan insignificante. Lo que quiero decir es que un objeto pequeño se
puede traspapelar fácilmente. Hay miles de lugares donde se puede dejar
inadvertidamente algo de volumen escaso. Más aún, hay cosas que es muy
fácil que uno lleve al exterior y las pierda. Un paraguas por ejemplo.
También puede ocurrir que sin querer se ponga una determinada cosa en el
bolsillo del sobretodo. Luego uno va al banco o a la casa de un amigo y
por pura displicencia saca el objeto. A partir de allí es fácil
olvidárselo. ¿Pero quién cuernos va a salir a la calle con un escobillón
si no tiene una buena razón?. Si no pudiera encontrar un cassete pensaría
que alguien me lo puede haber robado. No viene mucha gente a mi casa
pero a veces ocurre y es imposible estar seguro de nadie por más que lo
conozcamos. También puede ocurrir que uno preste el cassete y después
olvide que lo ha prestado. Esto es lo más normal. Lo mismo pasa con los
libros. ¿Pero quién carajo va a robar un escobillón?. Además piensen un
momento: Prestar un libro es algo tan natural que fácilmente se puede
olvidar el haberlo hecho pero ¿es posible olvidar que uno ha hecho algo
tan ridículo como prestar un escobillón?.
De modo que empecé a buscar explicaciones a un hecho tan extraño. Lo
más pertubador era pensar que había salido a la calle en un rapto de
locura llevando el escobillón y que lo había dejado por ahí. Es por esto
que digo que sentí que ese era un momento extraordinario. La falta del
escobillón podría ser la prueba definitiva de que yo estaba loco, cosa
que se sospecho desde hace tiempo. Claro que como prueba es algo
estúpida. Por ejemplo, sería mucho más poderoso el encontrarse una mujer
descuartizada en el baño. Eso sería algo realmente impresionante.
Enfrentarse a la existencia de una prueba irrefutable de que uno ha
vivido un rapto de locura. Pero de locura verdadera, no de lo que
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Leve Retina Nº 11 Pag. 11
vulgarmente se dice loco. Yo hablo de la locura absoluta. De aquella por
la cual te encierran, de aquella de la que no se tiene conciencia.
Porque una de las propiedades del loco es que no sabe que está loco. Si
el loco es conciente de su locura ya está menos loco. Por eso digo que
debe ser impresionante tener un instante de conciencia y descubrir de
repente que, un minuto atrás, se ha estado haciendo cosas que lo ponen
en el otro lado de la pecera. Me senté y me dije: Carajo; ese puto
escobillón tiene que aparecer de una maldita vez.
Tal vez no era exactamente locura. Recordé que de chico había tenido
actos de sonambulismo. No me refiero a caminar por las cornisas y cosas
por el estilo pero sí a levantarme de la cama entre sueños y deambular
un poco. Esa puede ser una explicación me dije. Tal vez tomé el
escobillón en un acto de sonambulismo y lo llevé al pasillo del piso y
lo dejé ahí. Luego el portero lo puede haber visto y tomado como suyo.
Era muy estúpido preguntarle al portero si había encontrado un
escobillón en mi pasillo de modo que ni pensé en esa posibilidad. Aunque
sí consideré que podría haberlo dejado en el cuartito para la basura.
Fui a ver. Me fijé bien; lo cual es complicado porque el cuartito es muy
estrecho y se hace difícil ver si hay algo detrás de la puerta. De todos
modos me parecía ridículo estar haciendo eso. En algún lado tenía que
aparecer. Dentro de la hipótesis del sonambulismo estaba la posibilidad
de haber salido a la calle con el escobillón y haberlo extraviado allí.
De ser así, la frontera entre sonambulismo y locura no habría estado tan
clara. En resumen y para los que no han comprendido: Un escobillón es
algo tan difícil de perder que sólo se puede hacer en un acto de
inconciencia. Solamente loco, borracho o sonámbulo se puede salir a la
calle con un escobillón para perderlo sin recordarlo luego. Entonces me
dije: Borracho no pude haber estado y por todos los cielos no puedo
estar loco. Un poco tocado lo acepto pero creo que no estoy loco.
Afirmación bastante discutible pues como acabo de mencionar los locos no
saben que están locos. De todos modos volví a buscar por toda la casa
con renovada voluntad. Finalmente lo encontré en el único lugar dónde
podía estar semejante aparato y que no había mirado antes. Estaba detrás
de un fichero en un ángulo que hacía difícil su visualización. De modo
que la prueba de mi locura se esfumó en un instante y puedo continuar
confiando en que estoy cuerdo. Por supuesto que esto me parece bien.
Pero debe de ser fascinante estar en la situación de encontrar una
prueba, una demostración irrefutable de que uno no es quien es y que ha
estado haciendo cosas ridículas tales como salir a la calle con un
escobillón en la mano y diciendo vaya a saber qué delirios. Sin duda que
un hecho así o algo similar llevaría a un giro brutal en la vida de
cualquiera. Un replanteo absoluto de la propia existencia. Pero no.
Ahora todo continúa igual que siempre.
Fernando Leibson Vidal
---
* Origin: ... (4:900/121.22)
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Leve Retina Nº 11 Pag. 12
= CUENTOS ========================================================= CUENTOS =
From : Fernando Oscar Gonzalez, 4:900/109.99
Subj : Sueño
=============================================================================
SUEÑO
=====
cayendo, como por uncrossalamejillaizquierda con su posterior y casi
obligatoria desorientación, aumento instantáneo de la miopía, y una
cobertura de medusa que me aprisiona y al no conocer su condición, piensa
que es de elefante y pesa y cómo pesa. Trato de ubicarme, de recordar
que los objetos tienden a caer hacia el piso, que dicho sea de paso no
está donde debiera. Trato de sujetarme de una ventana que a la vez
regresa a su primitiva condición granulosa, y desaparece entre mis dedos
que ya no tienen de donde sujetarse y yo cayendo nuevamente.
---
* Origin: La Leve Retina de la Literatura (LeveNet 4:900/109.99)
= CUENTOS ========================================================= CUENTOS =
From : Fernando Oscar Gonzalez, 4:900/109.99
Subj : Del Manual de las Civilizaciones (Capítulo 19)
=============================================================================
Del Manual de las Civilizaciones (Capítulo 19)
==============================================
Efectivamente eran primitivos, y ello es posible inferirlo al observar el
desbarajuste que se produjo por una mala interpretación de un consejo de un
sabio, a quien, en el instante previo a su muerte, y en carácter de últimas
palabras, se le oyó decir "...cultivar el suelo".
Es así que durante largos años se dedicaron a dicho menester.
Con el avance de los años y el perfeccionamiento de su tecnología, se dieron
cuenta de que ya no tenían donde guardar tanto suelo acumulado, y decidieron
colocarlo a continuación del horizonte.
Hoy ocupan tanta superficie y se encuentran tan alejados unos de otros, que sólo
entregan sus horas a la observación y a los recuerdos, preferentemente en los
atardeceres de abril y tomándose unos mates bien amargos.
---
* Origin: Leve Retina (LeveNet 4:900/109.99)
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Leve Retina Nº 11 Pag. 13
= GOLOSINAS ================================================== GOLOSINAS =
From : Leve Retina 4:900/109
Subj :
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una uva
frescura que se ofrece
lista para estallar,
pasa intacta a travéz de la boca
y se pierde
sin que endulce su jugo
no morder es decir no.
Luz Pearson
---
= CARTAS_DE_LECTORES (4:900/109.99) ================== CARTAS_DE_LECTORES =
De : Gustavo Gomez
A : Leve retina 4:900/109.99
Subj : Comentado por Gustavo Gomez
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Hola. Creo que me estoy volviendo adicto a leve retina
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Primero fue la luz... después EL ENCENDEDOR -revista de cultura-
Búsquela en su Kiosko
Nro.1: El surrealismo y Dalí Nro.2: Dossier: Cine, Historia y Política
Henry Miller filosófico Homenaje a Rimbaud
Bob Dylan, inédito en español Claves para sobrevivir a la posmodernidad
etc. etc.
Si usted desea publicitar en Leve Retina, comuníquese con nosotros
por Fax o Modem al 544-6241, por E-Mail a Leve-Retina@appeal.uba.ar y
por Fidonet a 4:900/109.99
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Leve Retina Nº 11 Pag. 14
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(en el presente número)
Editor irresponsable, compilador y diagramador:
Federico Joselevich (4:900/109.0 y federico@appeal.uba.ar)
Entrevistas, comentarios, respuestas, ayudas, notas, as, s.
Florencia Abbate (4:900/152.14 y 4:900/109.27)
Marcelo Alonso (4:901/102.4 y 4:900/109.19)
Federico Pilo Firpo (4:900/125 y pilo@appeal.uba.ar)
Matias Giovannini (4:901/335.2, 4:900/125.18 y mgiovannini@script.org.ar)
Juan Livingston (4:900/120.23 y 4:900/109.23)
Federico Novick (4:900/121.29)
Luz Pearson (4:900/109.8)
Hernando Tejedor (4:900/125.15)
Analía Zygier (4:900/109.3)
Leve Retina en formato ejecutable para DOS
Analía Zygier (4:900/109.3)
Leve Retina en formato Word 6.0
Fernando Oscar Gonzalez (*)
Colaboraron en este número
Ricardo Braun (4:901/124)
Fernando Oscar Gonzalez (*)
Fernando Leibson Vidal (4:900/121.22)
Marcelo Claudio Rodriguez (*)
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Supuestamente, usted puede encontrar a Leve Retina en cualquier BBS
de la Región 90 de Fidonet (es decir, de la Argentina).
Leve Retina se distribuye en la Región 90 de Fidonet por el File-Echo
LEVE_RETINA. Consulte con su Hub/Host más cercano para mayor información.
En particular, los siguientes BBS distribuyen oficialmente Leve Retina:
Carreteras del Viento -- +54-1-544-6241 (Todos los días, las 24 horas)
Macondo BBS -- +54-1-300-2469 (Todos los días, las 24 horas)
Delta BBS -- +54-1-757-7349 (l a v 19 a 8, sáb y dom 24hs)
Existen versiones ASCII puro disponibles como LEVER00x.ZIP
Existen versiones ejecutables para DOS disponibles como LEVE-x.ZIP
Existen versiones en Word for Windows disponibles como LEVRETx.ZIP
Otros BBS que distribuyen la revista:
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Leve Retina Nº 11 Pag. 15
Segundo BBS : 653-5287 (22 a 4 hs)
Robert BBS : 788-2905 (0 a 8 hs)
Cidihes BBS : (0 a 7 hs)
The Reset Project 962-6392 (las 24 horas)
Puerto Madryn BBS: El BBS más austral del mundo
Está disponible para file request en ART-NET :786-2688 (188:900/100.2),
en Osla-net, y en la mayoría de los BBS de Fidonet.
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Leve Retina existe gracias a la colaboración de los lectores. Si
usted desea colaborar con Leve Retina, envíe sus textos a cualquiera de
las direcciones mencionadas más abajo. Los editores no se comprometen a
publicar todos los textos recibidos.
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Colaboraciones, sugerencias, cartas de lectores, quejas, enigmas
dirigirlas a Leve Retina (rogamos enviar lo antedicho en formato ASCII
y, de enviarlo por correo, por diskette):
FidoNet 4:900/109.99
Internet Leve-Retina@appeal.uba.ar
Art-Net 188:900/100.2
Correo común y anticuado:
"Leve Retina"
P.I.Rivera 4164
Capital Federal (1430)
Argentina
Los diskettes recibidos no serán devueltos a los autores.
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Todos los textos reproducidos en Leve Retina son propiedad
intelectual de sus respectivos autores y no necesariamente reflejan la
opinión de quienes hacemos Leve Retina.
Está permitida su copia y reproducción por cualquier medio gráfico y
tecnología siempre y cuando se aclare explícitamente la fuente (es
decir, esta revista) en donde debe constar: el nombre y número de la
revista, el autor, y el lugar en donde se pueda obtener el número
original.
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Leve Retina es el nombre de un poema de Arturo Carrera en su libro
"La Banda Oscura de Alejandro". Agradecemos su generosidad al
permitirnos utilizarlo para la revista.
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Leve Retina Nº 11 Pag. 16
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Leve Retina Nº 11 Pag. 17
